Una prueba genial.
Chicos, formad equipos y tenéis que crear una empresa hoy que sea rentable.
Tendréis una hora para presentar vuestro proyecto a la vuelta a todos vuestros compañeros.
Ya no recuerdo si les habían dado unos billetitos de dólar o se fueron a pecho descubierto.
El caso es que el grupo uno compró un bombín (bomba en Madrid) y se pusieron en el parque más cercano.
Les ofrecían a todos los que pasaban en sus bicicletas comprobar la presión de sus ruedas y si era necesario, inflarlas hasta dejarlas bien.
No sé si el servicio incluía reparación de pinchazos por si fuera el caso.
Empezaron cobrando a un dólar el servicio.
Ni tan mal.
Pero algo o alguien les sugirió que cuando pides la voluntad, los ingresos crecen en determinados modelos de negocio.
Ya ves tú… la voluntad.
La mayoría de la gente es genial, buena y generosa. Lo he comprobado y me va muy bien ir pensando por la vida que eso es así.
En Portugal lo manifiestan. Ante una caída de bicicleta se paran varios coches a ayudar y ofrecer acercarte al hospital.
Yo suelo caminar con bastones de trekking, de marcha nórdica. Y me dejan pasar todos como si tuviese problemas para caminar. Unos soles.
Pero el segundo grupo fue mejor.
Ya conté que se trataba de una prestigiosa universidad, de las chulas de verdad.
En Estados Unidos las empresas se pelean por fichar a los egresados de esas universidades.
El segundo grupo se fue a hablar con una empresa caza talentos y le dijeron. Mira, tenemos 60 minutos para hablarle a un grupo de 75 alumnos del máster y te la vendemos.
¿Para qué quiero yo eso?
Muy fácil, vas a poder venderte para que te envíen sus currículums ahora que están terminando.
Si intentas captarlos después te van a salir más caros y va a ser peor.
¡Comprada!
Digo ¡Vendida!
Se quedaron con la hora de presentación y se presentaron ellos mismos.
El tercero, ni fu ni fá.
Vendieron publicidad en sus camisetas y se dedicaron durante toda una mañana a pasear por los pasos de cebra más concurridos de la ciudad.
Bueno, vendieron, aunque la creatividad en ese caso fue escasa.
Qué sano es salir del aula, qué sano es tener que vender, qué sano exprimir el ingenio, qué sanísimo hablar con desconocidos y tener que improvisar sobre la marcha.
Todas las unviersidades deberían cerrar las aulas y enviar a sus alumnos a aprender en el mundo real, alejarse del académico.
Conseguir resultados, con autonomía, tomando decisiones, midiendo los logros, descartando errores y distinguir el grano de la paja.
Aquí tratamos de hacer eso. Ahora con Podcasts semanales.
¿Quieres escucharlos? El primero trata de “Cómo escribir un libro de éxito”
Ya lo de compartir es más delicado. Pero si te da por ayudar a difundir, aquí se recarga el Karma con pinchazos en este botón.
Tengas la edad que tengas debes poder inventar formas inmediatas de generar ingresos. Ni el primer ni el segundo año vas a crear una fortuna pero vas a demostrarte algo muy importante.
Esa es la libertad verdadera, ser capaz. Vayas donde vayas, saldrás adelante.
Muy bueno!!
Muy interesante eso que dices. La verdad es que me daría algo de tener que abordar a la gente por la calle.
Por cierto, nunca he sabido para qué sirven los bastones esos de andar.